Me siento feliz de tener una hermano con Síndrome de Down
El otro día fui a su cole. Tenían la fiesta de los talleres y los padres y hermanos, estábamos invitados. Ir al colegio de David es una fiesta para mi hermana y para mí. David nos lo recuerda días antes, a todas horas. ¡Le encanta que vayamos y vernos allí! Cuando le vimos bajar acompañado de sus amigos y profesora, es como si de pronto el mundo desapareciera. David tiene esa cualidad, te hace sentir especial. Cuando nuestras miradas se cruzan, una sonrisa gigante aparece en su cara. Hacía apenas dos horas que habíamos estado juntos, pero la sensación es que llevamos años sin verle. A mi madre se le escapan las lágrimas... a mí a punto han estado. Nos da un abrazo gigante. ¡Estáis aquí! Nos dice... ¡Claro! no podíamos faltar. Pasea orgulloso a nuestro lado. a todo el mundo que se encuentra, le explica que somos sus hermanas. Mi hermana mayor y mi hermana pequeña, dice... ¡Es emocionante! Habla recalcando lo orgulloso que está de su familia, no necesita expresarlo co